Confrontación

Atención: Este texto es despelotado como peronista resistiendo.

El diario Clarín del 24 de marzo de 1976 regalo una constitución, esta claro que esto tenía un claro mensaje, no recordar que la violaron las facciones de derecha y sus esbirros los militares, sino marcar que en los tiempos que corren por estos días el gobiermo peronista de los despostas Néstor y Cristina, se deja de lado estomáticamente las instituciones de la República.

Y luego del acto en el diario Clarín y sus medios televisivos y radiales hicieron hincapié en los discursos confrontativos que relato la Yegua (con Y mayúscula). En vez de llamar a la concordia, al consenso, esta sigue peleando.

Seguro que aquellos que lo vivieron lo recordaran y los que no lo habrán leído. Antes del golpe de 1976 había una confrontación. Todo parecía un caos y era necesario poner un orden. Orden económico de libre mercado, orden y cabeza agacha de los negros que reclamaban, orden atemorizante. ORDEN.

Hoy los discursos de la oposición y de los medios masivos piden orden. Volver al orden de los noventa. De los negocios limpitos para los grandes grupos económicos, de los negocios sucios escondidos tras los informes especiales sobre la pobreza en nuestro país. El enriquecimiento descarado en detrimento de la pobreza de millones. Pero le mostramos a la clase media tilinga a los pobres Tobas del Chaco sumidos en la peor de las miserias. Lo mostramos nada más. Porque no queremos que se atrevan a tocar los resortes que hacen que esos Tobas sobrevivan y nada más. No queremos a estos negros que nos tocan los negocios.

Basta de confrontar mierda. Basta de pelear, porque en la pelea quedo al descubierto. En la pelea a la larga pierdo porque la razón termina siendo más fuerte que los intereses. Quiero consenso, quiero que los negocios vuelvan a mi poder. Quiero volver a reflejar la pobreza de los villeros con la seguridad de que siempre van a estar ahí para poder mostrarlos y de esta manera la clase media tilinga se sienta culpable y cuando armemos un sol para los chicos vengan y dejen 4.000.000 de pesos para repartir entre esos negros. Y que las publicidades de un sol para los chicos hagan que facture 20.000.000. Entonces con esos cuatro millones compramos leche, la llevamos a los pobres, la toman, y la pobreza sigue. Y volvemos a producir un sol para los chicos y...

Salu´